Mariela nos ha recibido en su casa ya varias veces. Vive con su esposo y sus cuatro hijos, Michael (o Maicol?), Geraldine, Lizbeth e Ingrid, de 14, 12, 9 y 7 años respectivamente. Trabaja con su esposo, comprando y vendiendo chatarra y también, a veces, sale en la zorra de su comadre Lucía a seleccionar materiales para reciclar en algún barrio de la zona sur de Bogotá.
Es una mujer muy amable y despierta, y como casi todos los vecinos que hemos conocido, es una persona sencilla y abierta. No se reserva nada a la hora de compartir, ni cuando le preguntamos cualquier cosa que quisiéramos saber sobre su vida.
Así como Mariela, muchos de los vecinos de los barrios Girardot y Ramírez nos han abierto las puertas de sus casas y de sus vidas, contándonos historias de su barrio, sus trabajos y sus familias.
Desde ya comenzamos a percibir en las expresiones de algunos de los habitantes todo el potencial que tienen para soñar, y esperamos que estos sueños que rondan sus cabezas empiecen a tomar fuerza y a volverse cada vez más reales y posibles.
Estamos seguros de que con estas pocas palabras ya pueden imaginarse que una de las bellezas más notables que tienen el Ramírez y el Barrio Girardot, es la calidez de sus habitantes... las risas y los ojos llenos de luz de sus niños, la honestidad de sus historias.
Próximamente les contaremos mas... Prepárense pues solo faltan 10 días para que entre voluntarios y comunidad proyectemos el sueño colectivo.
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